jueves, 26 de julio de 2007

CONDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS



LUCHA ENTRE PARTIDOS:
CRÍMEN PARA EL PUEBLO.

El actual problema político en Colombia y el índice de violencia que se presenta dentro del mismo, tiene como causas, grandes hechos históricos que marcaron fuertemente nuestro país y comenzaron a desarrollar diversas clases de parásitos que han consumido no sólo a los gobiernos que nos rigen, sino también a nuestro territorio y a nuestra gente. Es por esto que se hace necesaria una reflexión crítica sobre nuestro destino, pero ésta no se puede lograr a menos que estudiemos nuestro pasado, pues es la única forma en la que podemos evitar repetir los errores.

Por el momento nos vamos a centrar en un hecho que produjo grandes matanzas, desigualdades y desilusiones para el pueblo colombiano: el bipartidismo. La referencia se tomará principalmente de la película: “Cóndores no entierran todos los días”, ya que esta es una de las que mejor representan el bipartidismo en Colombia.

Cóndores no entierran todos los días refleja claramente a un Estado criminal, donde, a causa del bipartidismo, la violación a los derechos de hombres, mujeres, niños y adolescentes, y la total degradación de la dignidad del pueblo eran hechos normales, y por lo tanto, cotidianos; eran precisamente quienes gobernaban, los que desataban olas de sangre y horror, y el pueblo simplemente recibía violencia, corrupción miseria e inseguridad.

En la película se reflejan dos perfiles de partidarios: Gertrudis, perteneciente al Partido Liberal. Destacada por su liderazgo, la seguridad en sí misma, su orgullo y sobre todo, la valentía con la que afrontaba sus problemas. Y León Maria Lozano, del Partido Conservador. Un hombre que no era tan seguro de su capacidad y fuerza, pero era trabajador, luchador y mantenía absoluta fidelidad a su Partido, considerando que quien no la tuviera, merecía la muerte.

Los Partidos Liberal y Conservador, durante muchos años, dividieron al país en dos, generando enemigos que, o eran de un partido o eran del otro, pues a los que preferían ser neutrales no se los tenía en cuenta y por lo tanto no los hacían merecedores de respeto; la lucha por el poder del país era importante para los partidarios, ya que, como nos lo señala Luís Alberto Restrepo en ¿Hacia el reino de los caudillos ilustrados? Los gobiernos como actores políticos, el Presidente de la Republica había adquirido un papel central en el Estado colombiano, y su gobierno, como actor político, era quien manejaba las funciones y el desarrollo del país. Así, era indispensable para los dos partidos subir a los jefes de sus partidos a la presidencia para así tener mayor control.

Con el régimen aristocrático clerical centralizado -el cual causó la derrota del pensamiento liberal y la tradición de los sectores democráticos-, y la promulgación en 1886 de la Constitución de Colombia, que rigió al país por más de cien años, el régimen convirtió al país en uno de los países más conservadores del continente. A pesar de las grandes luchas democráticas, la sociedad colombiana se cerró bajo el poder de los terratenientes y del clero. En esto se refleja la gran unión conservadora que se creó entre la iglesia y el Estado.

En respuesta a la violencia antiliberal que se estaba dando, los partidarios liberales crearon defensa para los campesinos perseguidos, uniéndose cada vez con mayor fuerza, ya que contaban con el acompañamiento y orientación del caudillo Jorge Eliécer Gaitán, quien, al igual que ellos, iba en contra de la violencia antiliberal, y además de iba en contra del bipartidismo aristocrático, el cual, para él, estaba generando únicamente injusticias y privilegios.

Gaitán emprendió una lucha total contra el bipartidismo, y busco lograr el gran proyecto nacional que necesitaba el país. Pero, por su honestidad y verdadera lucha para beneficiar al pueblo, fue asesinado, lo que generó la gigantesca contrarrevolución, que marcó de un modo trágico el destino de Colombia en los cincuenta años siguientes a su asesinato.

En la película también se destaca el momento en el que los conservadores crearon un grupo de seguridad privada dirigido por León Maria (El Cóndor), el cual era conocido como “los pájaros” y pretendía despertar respeto y autoridad ante la gente, con sus trajes negros y elegantes. Este grupo se dedicaba especialmente a “limpiar el país de los liberales”, generando desplazamiento forzado hacia las ciudades -especialmente hacia la capital- y una gran matanza de integrantes del Partido liberal. Bajo esta cruel situación, León Maria fue condecorado con la medalla de San Carlos por haber asesinado y desplazado a gran número de liberales. Como si fueran motivo de premiación la matanza y la crueldad en nuestro país.

En el momento que los liberales sobrevivientes a la cruel matanza se vieron sin formas de protección y seguridad, buscaron acabar con la vida del cruel asesino: El Cóndor, a quien le ofrecieron comida envenenada en forma de agradecimiento falso. Pero aquí no acabó la existencia de León Maria, sólo se logró que él, junto con la iglesia (ya hablamos de su papel conservador junto con el Estado), se alarmaran y buscaran la manera de estar protegidos y se mantuviera su partido conservador.

Después de un tiempo, el Partido Liberal tomó el control político de la capital, lugar a donde León Maria se había trasladado para estar más seguro. Pero, como el hombre busca justicia de mala forma, saciándola más por venganza que por la misma justicia, en una noche en las que León Maria asistía a la iglesia para confesarse, él fue asesinado por uno de los campesinos liberales que había desplazado él mismo.
Así, vemos cómo los hombres armados de mediados de siglo en Colombia luchaban más por estar bajo el poder del bipartidismo que por un verdadero sentido popular, y cuando empezaron a luchar por algo propio, fue por la venganza hacia quienes habían agredido, maltratado y asesinado a su gente.

Finalmente, luego de conocer un poco más acerca del manejo político del país y la influencia de los actores políticos dentro de él, considero de vital importancia, que nosotros como sociedad popular, reconozcamos nuestro territorio, exploremos su naturaleza, tomemos conciencia de su composición social y cultural, y desarrollemos planes y estrategias que, nos agrupe para generar conjuntamente el cambio que tanto necesita nuestro país y le exijamos actitud y compromiso al gobierno que nosotros mismos alimentamos.

Quiero finalizar completamente con una gran frase expuesta por William Ospina en Colombia: el proyecto nacional y la franja amarilla.

“Siempre nos dijeron que la violencia de los años cincuenta fue una violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una violencia entre liberales pobres y conservadores pobres, mientras los ricos y los poderosos de ambos partidos los azuzaban y financiaban su rencor, dando muestras de una irresponsabilidad infinita.”

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